"Dame la mano y no enciendas la luz. Que Quiero acostumbrarme a esta oscuridad, pero contigo.
No dejes que salgan mariposas de tu boca. Que esas vuelan alto, se van lejos.
Tan solo dí algunas palabras con más o menos sentido pero al fin y al cabo palabras. O mirame y sonríe...deja que sienta tu sonrisa.
No sueltes mi mano. Si lo haces, enciende la luz. Que no quiero estar más a oscuras si no estoy contigo."
Desde el momento en el que asumí mi enfermedad parece que me encuentro mejor.
Sé que hay cosas que necesitan tiempo, ahora lo entiendo o lo acepto mejor.
Pero decir abiertamente y para mí misma "estoy enferma" parece que va calmando a mi tristeza.
Decía el Bicho en una de sus canciones:
"Me enseñé a vivir por ti
y a llorar cuando no estabas.
Y el rincón de tu recuerdo
ocupa toda mi casa.
Mil maneras de soñar
y en ninguna te soñaba.
Que difícil encontrarte
cuando la luz se te apaga..."
Y el problema es que el amor no es el problema, no el único. Ojalá lo fuera, ojalá solo tuviera que enfrentarme a un corazón roto, herido o perdido. Ese detalle tan solo ha desatado otros detalles que se han unido entre sí hasta crear esta absurda tristeza de la que pienso deshacerme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario