13 agosto 2007

La Sra. Maria

La Señora Maria murió hace algunos días. Con el corazón vacío y los ojos tristes. Con el alma en vela y la vida en sueños, en nubes de algodón, en recuerdos perdidos.
La Maria era una Señora muy señora. Con el pelo corto y siempre arreglado de peluqueria. Faldas por la rodilla con medias oscuras y nunca pantalones. Zapatos de ancho tacón de algún color oscuro. Camisas suaves y discretas.
Siempre seria pero nunca negó una sonrisa si la ocasión lo merecía o si alguno de sus nietos e incluso conocidos se la pedíamos sin pedir.
La Maria que me hacía arroz blanco porque no me gustaba(entonces) la paella o cualquier otro plato extraño para mí, esa maria me gustaba. La que me dejaba subir a su casa sin llamar y permitia que me paseara a mis anchas por aquella extraña casa llena de fotos. La que me dejaba jugar con los gatos y el conejillo de indias de su hija, la veterinaria. Esa María me gustaba.
Aquella suave y dulce mujer de aspecto frío que cuidadosamente clasificaba los bombones exquisitos de la bombonera(enoooooorme para mí) de la pastelería en la que trabaja mi madre desde hace tantísimos años.
Pero la memoria de maria empezó a flaquear. La enfermedad creció y se perdía por las calles. Dejó de ir a la peluquería y a duras penas la podían meter en la bañera. Aquella señora tan señora se perdió o fue la enfermedad la que la obligó a perderse en un mundo de fantasía y tristeza, de amargura y de pena.
La María de entonces, la de ahora, seguro nunca pensó que pudiera quedar reflejada en un blog. Tal vez ni sabe lo que son. Pero siempre la recordaré por su amabilidad infinita a pesar de aquella sobriedad que quien sabe, tal vez tan sólo fue un disfraz...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que el mejor legado son los buenos reuerdos en la mente de las buenas personas. Maria lo ha conseguido. Y si dio, fue feliz .

Candelas Sanchez Hormigos dijo...

Ella seguirá siendo siempre ella, porque tú así la recuerdas, lo demás tiene un nombre y está clasificada la enfermedad.

Ella seguirá siendo La Sra. María.

Me ha emocionado, gracias por compartir el recuerdo.

Un beso

DémoNan dijo...

Por supuesto que sería un disfraz, quién más, quién menos, nos lo ponemos algunos que otros días para salir protegidos a la calle. Malos tiempos para ir a corazón descubierto. Besazos.

Alberto López Cordero dijo...

Me da una pena enorme que esas personas de edad avanzada que han formado parte sobre todo de nuestra niñez vayan desapareciendo. No solo por la historia viva que hay en ellas, también porque forman parte de la nuestra y será dificil olvidar muchas cosas que tal vez en su momento nos pareció insignificante, pero que con el inmisericorde e implacable paso de los años se torna esencial y sobre todo cálido y agradable a nuestra memoria. Lo siento por ella y por ti. Besos.

LlunA dijo...

Guanxo, fue feliz, a su manera espero que la dejaran serlo.

Candela, fue una mujer especial, con una difícil vida que llevo lo mejor que pudo, lo mejor que supo. Una dura enfermedad que apagó sus días...Un besote

Démonan, cierto es que en muchos momentos debemos o nos vemos casi obligados a disfrazarnos, a taparnos, incluso a escondernos...

Alberto, así es la vida, el camino llega a su final. lo triste es que para algunos, el final sea tan doloroso. Un besote