19 octubre 2006

TuS OjoS

Ahí están tus ojos, verdes (que no grises, aunque a veces así se aprecien). Ahí está tu mirada...Brillando, dando luz a un bar algo oscuro, que no triste. Ahí estaba tu mirada esta mañana. Y yo que aún dormía...tus ojos tampoco habían despertado del todo aún...
Ya no me importan tus palabras. Me río contigo y eso vale más la pena que cualquier otra cosa. Así que gracias. Tal vez me has hecho ver muchas cosas que no veía. Cosas que llevaba encima y que estaban escondidas. Tal vez sean tus ojos, me han despertado. Me han hecho ver la vida de otra forma. Tus ojos...
Ahí están tus ojos, Azules (siempre azules, más claros que el mar, que el cielo). Ahí están aunque no pueda verlos. Ahí anda tu mirada, como perdida por mi alma. Ahí están tus ojos. Llenos de vida, aunque lejos, lejos de mi mirada, de mi sonrisa...
Apareces y vuelves a perderte....te escondes y luego vuelves...y eso ya no sé si duele o dejó de doler hace ya tiempo, hace ya horas, tantas horas que me he perdido.
Cojo el coche y creo que puedo irme lejos. No lo hago. Doy vueltas. Muchas vueltas. Me pierdo por las mismas calles de siempre, no hace falta pensar. Me pierdo sin perderme y ya me siento libre. Porque libre soy. Y libres quiero que se sientan todos los que a mi lado se encuentran. Que las alas están para volar. Aunque también podamos volar juntos y compartir esta libertad que es tan solo nuestra y que nadie nos podrá robar.
Cojo el coche y me voy. Me voy donde siempre. Que a lo mejor me da miedo perderme...tal vez si me acompañara alguien más que mi sombra y mis canciones....Tal vez entonces sí...me perdería, iría más lejos, buscaría mil calles...cambiaría de ruta....
Mil palabras. Que ya vuelven, que aparecen...Que la noche llega antes aunque el frío tenga miedo de quedarse y el sol aún caliente a veces.
Mil palabras que vienen a mi mente cuando viajo sola en tren, cada día. Mil palabras que aparecen en esas mini excursiones en coche. Palabras que llegan solas. Que me acompañan, que no me confunden y que me mantienen despierta.
No hay tristeza. Es curioso, pero no la hay, es cierto. Que no miento. No me siento triste, no es eso. Es una extraña sensación de vacío, de frío interior...es una extraña sensación que es posible que tan solo calme tus ojos, cuando se cruza tu mirada con la mía y no la sueño.
Porque son tus ojos verdes, que no grises, aunque a veces así parezcan en esa extraña oscuridad del bar...o porque son tus ojos azules...siempre azules...

No hay comentarios: