19 noviembre 2006

RoTa

Mil palabras había en mí esta mañana. Preocupada por tu tristeza. ¿Y para qué?
Siempre en el lado que no pesa de la balanza.
Siempre sonriendo con ganas...pero yo a veces también necesito ayuda, una palabra, un abrazo, una sonrisa...
Y aquí estoy. Gritando en silencio. Que no hay palabras, que no hay voz. Que solo hay tiempo.
Que el domingo no ha empezado bien. Que la noche de ayer fue muy larga, demasiado larga y no llegó el sueño.
Cambios. Nuevamente cambios. ¿Y qué más da? A nadie le importa si voy o vengo. A nadie le importa que es lo que realmente siento.
Hoy han vuelto las lágrimas. Las que daba por perdidas, las que ya creí que no tenía. Por qué me había hecho más fuerte y me creía capaz de aguantar cualquier cosa. Pero yo también siento las cosas, yo también me derrumbo, también lloro...

2 comentarios:

Graciela dijo...

A veces viene bien dejar caer las lágrimas, quizás es un alivio momentáneo, pero alivio al fin y al cabo.
Espero que encuentres ese abrazo y esas palabras.
Ánimo

Graciela

LlunA dijo...

Es bueno dejar caer las lágrimas, supongo que para que no inunden el corazón ni el alma...Y luego todo parece que queda en calma, por lo menos hasta que no aparecen de nuevo las ganas de llorar.
Grácias :)